lunes, 14 de septiembre de 2009

correspondencia por email: Bilma

En mi opinión sería deseable que la melancolía fuera en esencia algo sencillo, auténtico y acotado como lo que expresa la canción de Serrat Aquellas pequeñas cosas, ¿sabes cual es?.

Sabiendo además que el lenguaje es un medio muy potente de programación (y en esencia ya sabemos lo que ocurre con las programaciones neuronales a nuestros cerebros), creo que está muy bien compartir definiciones-reflexiones desde la máxima sabiduría, consciencia y honestidad personal para rescatar la verdad de las cosas. No sé si lo sentirás igual pero a mí, al menos, me son útiles esas definiciones esenciales y brillantes de las cosas que me evitan perderme en un mar de ambigüedades en las que todo cabe.

Desde esa convicción encajo la melancolía como una mezcla de tristeza con otro tanto de ternura, un sentimiento peculiar sobre el pasado a veces casi placentero, una mágica y a veces maravillosa manera, acompañada de disfrute o/y pena, de sentir cómo procesa, guarda y rescata nuestro cerebro, en ocasiones, la información pasada. Una vez oí llanamente en RN3 "la tristeza con buen rollo", también podría ser... Bueno, eso es, simplemente.

Pero me surge una inquietud. Separemos de eso la fina rendija (que une o a veces desdibuja el origen de los sentimientos), y por la que se puede colar, en el significado de esta palabra, la Tristeza Profunda. Y qué quiero decir con este nuevo término, pues que podemos identificar como melancolía y llamar así a reflejos del pasado no resuelto que si no nos armamos de valor y buscamos la ayuda necesaria nos condicionarán de por vida. Lo que quiero decir es que tengamos cuidado con lo que metemos , de nuestra propia experiencia, en el saco de esta hermosa palabra, porque puede resultar una trampa que justifique nuestras penas profundas, ocultas a veces, que socialmente casi se justifican o consideramos irremediables, que nos empeñamos casi vencidos en arrastrar y que nos alejan de la plenitud. Propongo que leamos bien desde el ser y resolvamos de verdad, la verdad profunda y condicionada que todos llevemos dentro. Y así nos dediquemos a añorar, rescatar y hacer nuestra de nuevo, la maravillosa y dulce sensación de intensidad vital que nos daba la leche Millac en polvo o salir a jugar de niños el viernes por la tarde!!


Muchas gracias por lo que te expones, por esta oportunidad. Me inspiras a atreverme más y más y eres una mujer también fuerte y sensible, viva, íntegra, con la osadía que es necesaria y deseable del que quiere encontrar.


Milbesos Eli,

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